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TOSCANO YA ESTA EN LA FINAL, SIGUE VOTANDO PARA KE GANE

domingo, 13 de abril de 2008

Trasmito esta invitación para votar por la caricatura de Ronaldïnho hecha por Walter Toscano, poeta y pintor de Trujillo Perú.


votar aqui: ENTRA A ESTA PAGINA:http://www.cartoonaward.com/

El concurso es en austria. La votación termina este mes.

DESDE LA SIERRA DE PERU

VIDEO DE LA INUNDACION EN HUANCABAMBA A INICIOS DE ABRIL DEL 2008

70 AÑOS DE GUERNICA

jueves, 10 de abril de 2008


Por: César Hildebrandt
Artículo publicado el año 2007 que compartimos por su importancia y vigencia
(Diario, La Primera).

Este es el año de los setenta años del Guernica. Es muy famoso el Guernica y quizás muchos de los chicos de hoy lo han visto como han visto las camisetas del Che: como mercancía, superstición culposa, progresía de marca.
Ya pocos recuerdan por qué Pablo Picasso pintó esa pesadilla y por qué esa pesadilla no es parte del pasado sino que es la que sueñan por obligación los iraquíes bombardeados, los palestinos masacrados a fuego lento, los iraníes ya a tiro del Dios que Bush dice amar.
Hoy hay muchos Guernicas pero no hay un solo Picasso. Los pintores de hoy no se ensucian con sangre ajena o próxima: están demasiado dedicados a decorar mansiones petroleras, museos inútiles y salones de directorio.
Los pintores de hoy, al igual que la mayoría de los escritores, no conocen la cólera ni frecuentan los juicios éticos sobre el mundo de mierda que unos llenan de colorinches y otros de naderías aprobadas por alguna cetácea catalana. Pintores y escritores fueron rebanados, en castración indolora, por un sistema que les enseñó a ser expresionistas abstractos antes que seres humanos, palabreros mucho más que artistas, arribistas primero que nada. El asunto es no incomodar al sistema mundial de dominación y ofrecer entretenimiento donde antes hubo verdades, rositas donde ayer crecieron flores del mal y hierbamala, mariconadas etnogeométricas donde antes estuvo Goya sangrando con la historia y respirando junto a los heridos.
Los escritores de hoy huyen de la realidad y se van a sacar una visa a la embajada norteamericana. Los pintores de la evasión no es que desprecien "lo social": es que ni siquiera leen el periódico.
En medio de este autismo estético, impuesto por una derecha que ha vencido con sus paradigmas ante la complacencia arrastrada de los intelectuales, se yergue, invicto y vigente, dramático y actualísimo, el Guernica de Pablo Picasso.
El 26 de abril de 1937, hace 70 años redondos, Gernika –así se escribe en el idioma de los vascos– fue casi borrado de la faz de la Tierra por las hordas aéreas del fascismo alemán e italiano. El fascismo, como todos sabemos, es el capitalismo sometido al jaquemate de los descontentos. En ese momento, al ver perdida la partida, la condesa llama a Franco, el príncipe le da un beso de Judas a Mola y el dueño del Banco de Crédito le toca la puerta a Martin Rivas.
Pero volvamos al 26 de abril de 1937.
Son las 4 y 30 de la tarde, es lunes y es tarde de mercado en Gernika. Sus 5,500 habitantes son ahora 7,500 porque han llegado unos dos mil refugiados del frente, perforado por el empuje profesional del franquismo.
Gernika no es un objetivo militar porque está a 25 kilómetros del frente de batalla y porque sólo abriga, al sur de la ciudad y lejos de las zonas pobladas, una fábrica de armamento de poco significado.
Si alguien quisiera "extirpar" esa fábrica desde el aire podría hacerlo sin necesidad de tocar la ciudad.
A las 4.30 p.m. empieza el infierno. Un avión alemán Dornier-17, salido de Burgos y que es parte de la División Cóndor, arroja las primeras bombas rompedoras de 50 kilos. De inmediato, tres aeronaves Saboya-Machetti, de la aviación italiana, lanzan 36 bombas sobre el centro histórico de la ciudad. Enseguida, atacan los también germanos "Heinkel", esta vez con bombas de 250 kilos. Detrás de los "Heinkel" vienen los cazas "Fiat CR-32" –italianos–, que tienen por misión ametrallar a quienes huyen del bombardeo.
A las 6 y diez de la tarde arranca el ataque más demoledor. Tres escuadrillas de "Junkers-52" –aviones alemanes equipados con poderosos motores BMW– lanzan, en sucesivas pasadas, 20 toneladas de explosivos y 5,472 bombas incendiarias. Detrás, para ametrallar a los sobrevivientes, descienden en picado los "Fiat CR-32" y los "Messersmitt BF-109", engreídos del general alemán F. von Kichtoppen, comandante de la división aérea que Hitler y Mussolini han puesto a disposición del general Franco y sus golpistas.
Gernika se derrumba y arde. Buena parte de las muertes ocurre en los refugios aplastados por las bombas de 250 kilogramos. El 74 por ciento de la ciudad está en ruinas (271 casas y edificios). La fábrica de armas y el puente de Rentería, sobre el río Oca, están intactos. Los únicos dos potenciales blancos militares de Gernika no han sufrido daños.
Veintiocho mil toneladas de explosivos llovieron sobre Gernika desde las 4 y 30 hasta las 7 y 30 de aquella tarde de hace 70 años.
George Steer, corresponsal de The Times y The New York Times, encabezó así el despacho que hizo espantosamente famosa a la ciudad mártir:
"Bilbao, 27 de abril de 1937.- Gernika, el pueblo más antiguo de los vascos y centro de su tradición cultural, fue totalmente destruido ayer por la tarde…"
Al día siguiente, ante el escándalo mundial, Franco niega el bombardeo. Dice que la lluvia "ha impedido la salida de los aviones". Dice también que el incendio romano de Gernika "debe ser obra del separatismo rojo y de los republicanos". Añade que "no hay tropas alemanas, ni terrestres ni del aire, en España".
Tras la destrucción de Gernika, el general Mola, el segundo de Franco, suelta esta octavilla sobre Bilbao, la próxima víctima:
"Bilbaíno: cuando las barbas de tu vecino veas pelar echa las tuyas a remojar". Bilbao caerá más tarde gracias a los 100 aviones prestados por el nazifascismo ítalo-germano al fascismo católico español. La República, dividida desde adentro, sólo cuenta con algunos cazas rusos y checos. Carece de bombarderos.
Pablo Picasso tardará sólo un mes en pintar el Gernika. La justa rabia, la santa rabia que él cree personal y pasajera, anecdótica y republicana, confinada a su solo corazón, será la rabia del mundo que merece ser llamado humano.

MUSEO TRAVESTI

miércoles, 9 de abril de 2008


Bajo el provocador título de Alteridades, y con una especial performance, este jueves 10 de abril, a partir de las 7:30 de la noche, Micromuseo inaugura en su Paradero Habana (Calle Manuel Bonilla 107, Miraflores) una insólita exposición sobre la muy diversa presencia del travestismo en sus colecciones. Cuadros y grabados, sin duda, pero también máscaras, caricaturas, carteles, fotografías, videos… Y sorprendentes rescates documentales.

Una variedad de materiales que aquí se presentan también como un homenaje al Museo Travesti del Perú, concebido desde hace cinco años por Giuseppe Campuzano y ahora formalizado mediante la publicación de un libro notable a la que esta muestra celebra con aportes propios.

Ya en 2004 Micromuseo acompañó a ese proyecto con el texto de presentación utilizado en su primera exhibición pública, forjando complicidades para la reconfiguración de prácticas y circuitos alternativos en el vacío museal peruano. Principal entre ellos, la propuesta de una musealidad mestiza, una musealidad promiscua, donde hasta términos obsoletos como los de "artista" y "artesano" se reemplazan por el de "artífice", procurando de ese modo significar la crisis de esas y otras distinciones en una cultura crecientemente hecha de lo impuro y lo contaminado. Una musealidad ahora travesti, que se desperdiga y diversifica desde las formas más inasibles y contrastantes. A veces en un mismo cuerpo de obra. Como el travestismo mismo, esa encarnación radical de la paradoja de nuestros tiempos atravesados por la contradicción y la ambivalencia. Particularmente en una sociedad como la peruana, tan acosada por el fantasma lacaniano del falo ausente.

En coherencia con todo ello, esta exposición reúne en torno al referente travesti los materiales más disímiles. Desde cuadros y grabados formalmente artísticos (Christian Bendayán, Gilda Mantilla, el taller N.N.) hasta máscaras andinas y carteles "chicha" (Lu.Cu.Ma., el colectivo Las Pelangochas). Pasando por caricaturas políticas (Carlín, Piero Quijano), fotografías antiguas de rituales en el Colegio Militar Leoncio Prado, fotografías recientes de devot@s de Sarita Colonia (Gustavo Buntinx, Sophía Durand, César Ramos). Y la performance inaugural dirigida por el propio Campuzano con intervenciones vitales de Germaín Machuca y David Sánchez.

Una heterogeneidad culminante en por lo menos dos rescates históricos: la versión completa de Anastasha, el mítico video dirigido en 1994 por José Antonio Fortunic (con la colaboración de Juan Carlos Ferrando y Javier Ponce), proyectado por única vez cinco años después. Hasta en sus improvisaciones y torpezas, esta biografía ficcional y paródica de la única diva que el Perú nunca tuvo (interpretaciones impresionantes, desconcertantes, de Javier Temple), se configura hoy como un logro magistral del pastiche, de la parodia, de la apropiación, del montaje. Casi una mítica opera prima para cierto (post)modernismo peruano.

Una escena primaria en términos estéticos acá confrontada por otra de ásperas connotaciones sociales. Y represivas. El rescate documental del olvidado Escándalo de La Laguna, cuyo pretexto fue un baile de enmascarad@s que al inicio de los carnavales de 1959 se realizó en los espacios hoy trastornados por la construcción inconclusa del Museo de Arte Contemporáneo (el azar no existe). Probablemente el esbozo inicial, inconsciente casi, de una festiva legitimación semi-pública del travestismo en nuestro medio. Una audacia castigada de manera feroz por quienes primero violentaron físicamente a los asistentes y luego aterrorizaron a la comunidad mediante detenciones y abusos en medio de una cacería mediática de brujas. Una persecución modélica para posteriores satanizaciones, de diverso sesgo.

Esta muestra exhuma y exhibe los restos periodísticos de esa campaña como parte de una cultura material que debe ser entendida no sólo en sus manifestaciones exaltadas sino además –especialmente– en sus represiones. En sus incomodidades y perturbaciones.

Pero no hay pretensión alguna de mistificación artística en nuestro despliegue museográfico. La inversión primera y final de este Micromuseo travestido, su contranatura cultural, es la oposición crítica a las ingenuidades del modernismo que se creyó transgresor por elucubrar una condición libérrima para el arte desde el cuestionamiento a la institución museal.

Por el contrario, la radicalidad genuina en nuestros (post)modernos trances es sacar al museo del closet, liberar al museo de la cárcel ideológica del arte. Otra manera de travestirlo.
NOTA ENVIADA POR PAOLO DE LIMA DE ZONA DE NOTICIAS

EL FIN DE LOS DIARIOS